Tiempo de coaliciones: cinco lustros de elecciones en México*

Authors

  • Francisco J. Paoli Bolio

DOI:

https://doi.org/10.35487/rius.v6i30.2012.48

Keywords:

Partidos políticos, coaliciones partidistas, elecciones, México, sistema electoral mexicano, democracia, ley electoral.

Abstract

En México se ha venido consolidando una tendencia en los partidos políticos, nacionales y locales, a formar coaliciones de diverso tipo. Estas experiencias en las que dos o más partidos llegan al acuerdo sobre algún proyecto y también se coaligan para lanzar juntos candidaturas a diversos puestos de elección popular, puede ubicarse muy claramente a partir de las elecciones federales de 1988.

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Author Biography

Francisco J. Paoli Bolio

Máster en Sociología por la Universidad de Nueva York; doctor en Ciencias sociales. Fue director del Departamento de Sociología y Política de la Universidad Iberoamericana; rector de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Se desempeñó como investigador en el Centro de Estudios Interdisciplinarios en Humanidades y coordinador del Área de Investigación sobre el Poder Legislativo en el Centro de Estudios para la Reforma del Estado. Ha publicado más de quince obras en temas de sociología y ciencia política. Es colaborador de numerosos medios de prensa. Actualmente se desempeña como investigador titular en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

References

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Mella Márquez, M. (ed.). Curso de partidos políticos, Akal, Madrid, 2003, p. 198.

"El número de partidos indica inmediatamente, aunque sólo sea de modo aproximado, una característica importante del sistema político: la medida en que el poder político está fragmentado o no fragmentado, disperso o concentrado. Análogamente, con sólo saber cuántos partidos existen estamos alerta al número de posibles 'corrientes de interacción' que intervienen", Sartori, G. Partidos y sistemas de partidos: marco para un análisis, Alianza Editorial, Madrid, 1999, p. 151.

Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, ya desaparecido. Los tres primeros partidos mencionados registraron la candidatura de Cárdenas y apareció en la boletas electorales. El Partido Mexicano Socialista lanzó originalmente la candidatura de Heberto Castillo, quien faltando un mes para la elección declinó a favor del ingeniero Cárdenas.

Sartori, G. Partidos y sistemas de partidos, Alianza, Madrid, 1992.

El cuadro se refiere a la Cámara de Diputados, pero en la de Senadores hay proporciones semejantes de los partidos.

Hay algunos partidos democristianos latinoamericanos que pueden ser clasificados como de centro izquierda, el más notable de ellos el chileno, que ha realizado una alianza con el Partido Socialista, primero para combatir al Hay algunos partidos democristianos latinoamericanos que pueden ser clasificados como de centro izquierda, el más notable de ellos el chileno, que ha realizado una alianza con el Partido Socialista, primero para combatir al Hay algunos partidos democristianos latinoamericanos que pueden ser clasificados como de centro izquierda, el más notable de ellos el chileno, que ha realizado una alianza con el Partido Socialista, primero para combatir al pinochetismo y después para hacer una coalición de gobierno y parlamentaria que se conoce con "la concertación". En Argentina también hubo partidos y grupos socialcristianos que se sumaron a formaciones de izquierda, e incluso se adhirieron a la rebelión peronista de izquierda conocida como el grupo de "montoneros".

El indicador de la capacidad para competir es fundamental para entender y clasificar un sistema de partidos. La condición de competitivo la alcanza un partido considerando el número y proporción de los votos y de escaños que obtiene. Tomo como un indicio de capacidad competitiva el recibir en procesos electorales consecutivos más del 10% de los votos en el país.

20 el PRI, 6 el PAN (Aguascalientes, Baja California, Jalisco, Morelos y Tlaxcala), y 6 el PRD (Baja California Sur, Chiapas, Distrito Federal, Guerrero, Michoacán y Zacatecas).

Sartori dice que un camino para analizar un sistema de partidos políticos es su capacidad de competencia. Sin duda, el PRI tiene la mayor estructura, inserción en la sociedad, dirigencia y recursos de diverso tipo para la competencia electoral. Compite realmente sólo con el PAN en: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Durango, Puebla, Sinaloa, Sonora, Veracruz, Yucatán; con el PRD compite en Chiapas, Guerrero, Michoacán, Tabasco y Zacatecas. En los estados donde el PRI compite con el PAN, el PRD tiene una debilidad notoria; en los que compite con el PRD, el PAN recibe una proporción muy reducida de la votación, lo que acentúa el fenómeno del bipartidismo en las entidades, aunque no sea el mismo en todas. El Distrito Federal es un caso de los pocos en los que hay cierta competencia tripartita, aunque el PRI está muy debilitado. Hay otros estados en los que ha crecido el tripartidismo como Michoacán y Sinaloa.

Hay un buen número de países con regímenes presidenciales en los que si se requiere mayoría absoluta para formar gobierno; cuando ningún partido alcanza esa mayoría, se abre una segunda vuelta a la que sólo pueden concurrir los candidatos de los partidos que alcanzaron los dos primeros lugares. Esto induce la formación de coaliciones electorales de los partidos que no alcanzaron los dos primeros lugares con alguno de los dos delanteros. Estas coaliciones electorales, implican compromisos para que el candidato triunfante entregue posiciones de gobierno a los partidos con los que se coaligan. En el caso de México no se ha establecido legalmente el proceso de segunda vuelta. Después de los apretados resultados de la elección de 2006, debiera pensarse seriamente en establecer ese procedimiento, que conduciría naturalmente a realizar un proceso que legitimaría mucho más ampliamente al gobernante.

La salida del consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, y de otros consejeros un tiempo después, dio la pauta para que el grupo parlamentario del PRD volviera a tener injerencia en la determinación de los nuevos integrantes del Consejo General.

Recordemos que no sólo Cárdenas, sino también López Obrador, fue en coalición las dos veces que ha sido candidato presidencial.

La del PRI, que se registró el 17 de diciembre de 2011 con tres partidos (PRI-PVEM-PANAL) y que en enero de 2012 canceló la alianza con el tercer partido, y la de la izquierda PRD-PT-Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), que se sostiene.

Esto dio lugar a que se hablara que eran coaliciones antinaturales, que buscaban unir el agua y el aceite.

Originalmente para la elección de 2012 se había registrado en esta coalición un tercer partido, el PANAL. Pero la coalición con él fue cancelada por el PRI debido a una desavenencia por el número de coaliciones en que se llevaban candidatos de ese partido.

No se trata de un movimiento social ni de un partido político, sino algo híbrido que podemos llamar movimiento político en cuanto que persigue fundamentalmente posiciones políticas.

Personajes como Espino, ex dirigente nacional del PAN, y Arce, Círigo, y Sosamontes, que salieron del PRD, que han declarado que formarán un nuevo partido.