*
Recibido: 22 de agosto de 2012. Aceptado: 30 de septiembre de 2012.
**
Profesora en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
México (
campospaty@yahoo.com
).
***
Profesor en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México
(
golda21@hotmail.com
).
RESUMEN
La perspectiva de los jóvenes universitarios to-
mará la delantera, si no en el gobierno, en el
ámbito académico y de la opinión pública libre.
Los universitarios encarnan f
dedignamente las
legítimas aspiraciones de un gran sector social
capaz de instrumentar los cambios que recla-
ma con presteza la consolidación democrática;
esto es, una democracia creadora de las condi-
ciones necesarias para el despegue de la clase
media, no de cuanto imponga, como siempre,
dicha componenda entre la partidocracia y los
poderes Fácticos, entre el corporativismo y el
clientelismo.
PALABRAS
CLAVE
:
Estado anómico, protesta
juvenil, universidad, universitarios, estudiantes,
elecciones, México, democracia, internet, redes
sociales.
ABSTRACT
The perspective oF university students will take
the lead, iF not in the government, in the aca-
demia and in the Freedom oF public opinion.
The university students FaithFully embody the
legitimate aspirations oF a large social sec-
tor capable oF implementing changes swiFtly
claiming democratic consolidation, that is, a
democracy creating the necessary conditions
For the takeoFF oF the middle class, not as im-
posing as always, this compromise between the
party-and the powers that be, between corpo-
ratism and clientelism.
KEY
WORDS
:
Anomic State, young people
protest, college, university, students, elections,
Mexico, democracy, internet, social networking.
Estado anómico y protesta juvenil
en las elecciones de 2012*
Anomic State and the protest oF young
people in the 2012 elections
Xóchitl Patricia Campos López**
Diego Martín Velázquez Caballero***
REVISTA DEL INSTITUTO DE CIENCIAS JURÍDICAS
DE PUEBLA, MÉXICO, ISSN: 1870-2147. AÑO VI
NO. 30, JULIO-DICIEMBRE DE 2012, PP. 204-214
IUS
205
ESTADO ANÓMICO Y PROTESTA JUVENIL EN LAS ELECCIONES DE 2012
Sumario
1. Introducción
2. Los estudiantes universitarios como sujetos de clase media
3. Los estudiantes universitarios y sus preferencias electorales (el caso de la
BUAP
)
4. Internet como instrumento de liberación
5. A manera de conclusión
1. Introducción*
La historia de México, en su mayoría, se distingue por años de autoritarismo
y abuso del poder. Ello generó una sociedad poco participativa y poblada, en
su mayoría, de individuos anárquicos que negociaban su espacio vital con los
personajes políticos en detrimento del Estado y las instituciones. La ciudadanía
en México estuvo a punto de desaparecer por la generalizada desobediencia a
las leyes, la estructura social y el orden moral. La corrupción, el cinismo de la
autoridad, el cacicazgo, la impunidad… han causado que los gobernantes sean
vistos como personas nefastas, lejos de ser líderes ejemplares e inF uyentes sobre
la población.
Esta forma particular de dominación en México se nombró “corporativismo” y
generó un monopolio político que se concentró en el Partido Revolucionario Ins-
titucional (
PRI
) en la mayor parte del siglo
XX
. El corporativismo y el clientelismo
como formas de convivencia desarrollaron un “Estado anómico” que garantizó
la estructura autoritaria en que la sociedad se desarrollaba. El régimen de la Re-
volución Mexicana perduró, al menos, setenta años, porque gozó de una amplia
base de legitimidad social.
Los grupos inconformes se mantuvieron al margen de la participación, pero
al avanzar la descomposición del régimen revolucionario lograron intervenir en
el contexto político; en ocasiones con éxito y la mayoría de las veces con un
fracaso cargado de represión. La historia del sistema político y la transición de-
mocrática en México dan cuenta de ello. Uno de estos sectores históricamente
inconformes han sido los estudiantes universitarios: los vasconcelistas en 1929,
los progresistas en 1968 y el movimiento “#YoSoy132” de 2012. Estas partici-
paciones de los jóvenes universitarios son representativas de los intereses de la
clase media.
El argumento central del presente trabajo sostiene que aun cuando, por mu-
chas décadas, el sistema político mexicano se caracterizó y adquirió estabilidad
gracias al corporativismo y al clientelismo, estos principios deben ser sustituidos
*
Los autores agradecen a César Cansino y Samuel Schmidt su colaboración para la elaboración de este artículo.
206
XÓCHITL PATRICIA CAMPOS LÓPEZ / DIEGO MARTÍN VELÁZQUEZ CABALLERO
por otros medios y prácticas si se piensa en la modernización y democratización
real. Es decir, bien sea la ruta liberal o la social, la clase media y su afán de inte-
grarse a la modernidad, la globalización, el “Faculty Club”, la “Cultura de Davos”
o la “Cultura de Porto Alegre”, exigen la democracia en su estilo de vida.
El corporativismo brindó una alta institucionalidad al sistema político en su
conjunto. Políticos, empresarios, obreros y la sociedad en general participaban
dentro de las organizaciones, canalizando sus demandas a través de las institu-
ciones establecidas, y aceptaban la estructura del sistema como legítima. Esta
estructura tenía como objetivo principal el control del poder político y no la
generación de participación política. El clientelismo permitía la comunicación
de la sociedad con las instituciones corporativas; así se decidían las políticas
gubernamentales y las elecciones locales, estatales y nacionales.
La verdadera democratización de México pasa por anular el poder de los mo-
nopolios públicos y privados, así como del clientelismo político. La democracia y
la modernización del país adquieren visos reales y asequibles siempre y cuando se
haga frente al corporativismo, concepción política susceptible de ser suplantada
por otra más moderna y e± caz.
Con este propósito, resulta signi± cativa la idea de interpretar los intereses de
la clase media a través de los jóvenes universitarios. La clase media, situada en-
tre la opresión de los dos polos corporativistas, tiene que mantener a los unos y a
los otros. Es una clase que trabaja, que paga impuestos, que tiene que estudiar y
que, paradójicamente, es ignorada constantemente por la de± nición de la agen-
da pública en bene± cio de los poderes fácticos “de arriba” y “de abajo”. La clase
media es la inteligencia del país. De ella depende el éxito de la modernización y
de la democracia mexicana; empero, sus ideas son incapaces de encontrar re² e-
jos en la realidad, y cuando se empeña en hacerlo ha sido sometida y reducida
a dos opciones: elegir el clientelismo de los pobres o el de los ricos, dejando
siempre —teniendo que dejar— de ser ella misma. El hecho de que la clase media
haya tenido que supeditar su interés al de los consorcios públicos y privados
responde a que estos últimos están organizados para presionar la formulación
de la agenda política en su favor, mientras que la clase media adolece de esta
cualidad fundamental para representar, mediante su cohesión grupal, un peso
especí± co relevante para la presión social.
En otras palabras, la clase media en México es la más consciente de los pro-
blemas sociales, económicos y políticos. Su representación mediante el sector
estudiantil universitario como un grupo de presión para incidir en la formulación
de la agenda política nacional, pone de relieve su capacidad de organización e
207
ESTADO ANÓMICO Y PROTESTA JUVENIL EN LAS ELECCIONES DE 2012
inf uencia como sociedad civil, lo cual puede mostrarse a través del uso de la
tecnología del internet.
1
La internet supone una herramienta poderosa para la comunicación de los
intereses de la clase media y para la adhesión grupal anhelada, pues las posibi-
lidades mediáticas e inFormativas han hecho desaparecer toda distancia tempo-
ral y espacial entre las personas que comparten esta necesidad de Formar una
agrupación ciudadana al margen de todo partido político, y hacer sentir su peso
y opinión.
2. Los estudiantes universitarios como sujetos de clase media
De± nir la clase media desde las ciencias sociales entraña una enorme di± cultad.
Como dice Z
AMORANO
,
2
“es como tratar de atrapar una anguila que se nos escapa
de las manos”. La investigadora cita en dicho artículo los enFoques de los si-
guientes autores: E
SCOBAR
y R
OBERTS
, quienes la clasi± caron, preeminentemente,
de acuerdo al nivel de ingreso y la proFesión, seguidos por la escolaridad y el
estilo de vida; L
OAEZA
, quien considera a la educación como base de su identidad,
una identidad que deviene en modos de comportamiento, patrones de consumo
y códigos de diFerenciación simbólica, y T
ARRÉS
, que parte de sus espacios de
residencia como reveladores de un estilo de vida y una aproximación a la vida
política.
Para Z
AMORANO
, no obstante, si bien estos criterios pragmáticos coadyuvan a
la aprehensión de este particular objeto de estudio, no resuelven algunas para-
dojas elementales (como el hecho de que un próspero agricultor tenga ingresos
mayores a los de un proFesionista asalariado), por lo que pre± ere recurrir a la
sentencia del periodista norteamericano ²
RIEDMAN
: “ser de clase media es un es-
tado del alma, no una situación de ingresos”.
Y ese estado del alma, en el caso de la clase media mexicana, quedó inmejo-
rablemente plasmado en la obra de Gabriel C
AREAGA
.
3
El sociólogo precisa, entre
otras cosas, Fundamentalmente dos: 1) que este heterogéneo grupo (constituido
por burócratas, empleados, pequeños comerciantes, proFesionistas, intelectuales,
estudiantes, técnicos, gerentes de banco, secretarias…) liga al proletariado con la
burguesía, y 2) se mueve “dentro de un mundo de misti± cación, de ilusiones, de
1
C
ANSINO
, C. “Comentocracia
vs
. tuitercracia”, columna semanal en
Política para ciudadanos
, disponible en: http://
politicaparaciudadanos.blogspot.mx/2012_05_01_archive.html.
2
Z
AMORANO
V
ILLARREAL
, C. C. “Los hijos de la modernidad: movilidad social, vivienda y producción del espacio en la
ciudad de México”, en
Alteridades
, México, vol. 17, No. 34, julio-diciembre de 2007, pp. 75-91 (disponible en: http://
redalyc.uaemex.mx/ src/inicio /ArtPdfRed.jsp?iCve=74711468006).
3
C
AREAGA
, G.
Mitos y fantasías de la clase media en México
, Joaquín Mortiz, México, 1974.
208
XÓCHITL PATRICIA CAMPOS LÓPEZ / DIEGO MARTÍN VELÁZQUEZ CABALLERO
sueños desaforados, de frustraciones constantes, de sentimentalismo creciente”.
C
AREAGA
emite así su tesis principal: el mundo de la clase media es ideológico,
“está mistiF cado”. Para explicar esta mistiF cación, C
AREAGA
se remonta a la Colo-
nia y halla las raíces históricas de esta clase en los criollos, quienes sufrían desde
entonces el desgarramiento social de “querer ser y no poder” y la inconformidad
frente a la repartición de la riqueza, motivos que impelieron el deseo de cambiar
el orden jurídico-político y económico-social mediante un movimiento indepen-
dentista, orientado, desde luego, a la obtención del poder y, consiguientemente,
una mayor riqueza.
No resulta extraño, pues, que C
AREAGA
4
nos haga conscientes de que esta clase
y, más concretamente, sus jóvenes han evolucionado, haciéndose más críticos,
politizados y activos en la vida política y social. El movimiento estudiantil de
1968 —señala C
AREAGA
— es un claro y palpable efecto de este desarrollo.
En la visión del sociólogo, la clase media decaería paulatinamente hacia un
mundo banal, especialmente durante el porF riato, gastando su dinero en un es-
fuerzo imitativo tan constante como infructuoso por hallar su sitio entre el pres-
tigio, la seguridad y el bienestar que imputa a —o del que goza efectivamente— la
alta sociedad.
C
AREAGA
5
aborda exhaustivamente otros temas que conforman la descripción
integral de esta clase, tales como su forma de vivir —y mistiF car— el erotismo, el
ocio, etcétera. Para los F nes argumentativos pertinentes a este trabajo, sin em-
bargo, creemos que basta con apreciar a este grupo social con cuanto hasta aquí
se ha dicho: se trata de un grupo heterogéneo que históricamente ha existido
en el querer ser, y tener que ceder ante los intereses de otros grupos más orga-
nizados o pudientes, de arriba y de abajo, a los que, de alguna forma, vincula.
Su juventud está ilustrada y politizada, y su forma común de organización o
inserción en la sociedad es la familia.
A todo esto cabe agregar un hecho sociológico evidenciado recientemente
por el analista Jorge G. C
ASTAÑEDA
en su obra
Ex Mex: From Migrants to Immi-
grants
:
La nueva clase media mexicana proviene de la economía informal, de nuevas indus-
trias o de nuevos servicios; esta clase se ha concentrado menos en la Ciudad de Mé-
xico y, cultural y socialmente es más ‘
rougher-edged
’ (agreste), así como más morena,
de baja estatura y parecida al resto de la sociedad mexicana.
6
4
Idem
.
5
Idem
.
6
C
ASTAÑEDA
, J. G.
Ex Mex: From Migrants to Immigrants
, Nueva York, The New Press, 2008, disponible en: http://books.
google.com.mx/books?id=fvB1AAAAMAAJ&q=jorge+casta%C3%B1eda+ex+mex&dq=jorge+casta%C3%B1eda+ex
209
ESTADO ANÓMICO Y PROTESTA JUVENIL EN LAS ELECCIONES DE 2012
Posteriormente, C
ASTAÑEDA
continúa con este nuevo análisis sobre la clase me-
dia de países emergentes, apuntando que la premisa detrás de esta af rmación es
que “en muchas de las llamadas sociedades emergentes, la clase media ha crecido
a lo largo de los últimos 15 años, para alcanzar ya casi la mitad de la población
en países como China, Brasil, Chile, México, y dentro de 10 o 15, la India”. En
esa misma publicación
7
el analista recurre a una def nición “un poco heterodoxa”
de clase media, Formulada por
The Economist
a partir del análisis reciente de
especialistas chinos, hindús y el Banco Mundial.
The Economist
considera tres Factores:
a)
qué y cómo consume;
b)
el hecho
de que tras asegurar sus necesidades básicas (vivienda y alimentación), exige que
le sobre cerca de un tercio de su ingreso para gastos discrecionales, y
c)
disponer
de un ingreso de entre 10 y 100 dólares diarios.
C
ASTAÑEDA
agrega a estos criterios uno más, “quizás más simplista y clásico
—aclara— pero no menos sugerente”, y lo hace en virtud de que “no es lo mismo
acceder a los niveles de consumo de clase media en Manhattan, que en Chen-
nai, Huangzhou, Porto Alegre o Chilpancingo”, por cuanto la calidad del bien
variará en concordancia con la del entorno, aunque esencialmente se ref era a
lo siguiente: adquirir, consumir y poseer bienes y servicios tradicionales de clase
media, tales como una vivienda digna, aunque pequeña; un automóvil; acceso
a crédito; el conjunto de bienes de consumo duradero (televisión, reFrigerador,
lavadora de ropa, computadora, teléFono f jo o celular, etcétera); vacaciones
anuales, por modestas que sean; acceso a salud y educación pública o privada,
buena o mediocre, pero que permite una cierta certeza y movilidad social.
Tras haber puntualizado estos criterios, el analista esclarece el porcentaje que
en el México de hoy corresponde a éstos,
grosso modo
: entre el 60 y el 65 por
ciento de los 26,541,327 hogares de acuerdo con la Encuesta Nacional de In-
gresos y Gastos de los Hogares 2006 (
ENIGH
) del Instituto Nacional de Estadística
y GeograFía (
INEGI
).
Así, si México cuenta con 110 millones de habitantes, y de ésos, 40 millones
son pobres, entonces 70 millones no lo son, y si no son pobres pertenecen en su
mayoría a una clase media, vieja o nueva, baja o media, del norte y del centro, o
incluso del sur: sean los nuevos sectores globalizados, o los petroleros de Ciudad
Madero de la vieja economía protegida. Es decir, el grupo en cuestión, hoy por
hoy, asciende a 70 millones de habitantes, independientemente de su nueva o
vieja pertenencia a dicha clase o cualquier otro distintivo.
+mex&source=bl&ots=M8jANEvPgG&sig=lgF1qGCIRbeWbPiWOaGM5ty4tJQ&hl=en&sa=X&ei=jwNAUOa8L8iq2QX
mwoGYDQ&ved=0CC4Q6AEwAQ.
7
Idem
.
210
XÓCHITL PATRICIA CAMPOS LÓPEZ / DIEGO MARTÍN VELÁZQUEZ CABALLERO
Hasta aquí podría vislumbrarse ya la enorme resonancia que podría tener la
cohesión de un grupo de clase media con miras a incidir políticamente, pero hay
más: de acuerdo con la
ENIGH
, los seis deciles superiores en México —continúa
Castañeda—
8
entran en el criterio de
The Economist
. El sexto, el más bajo de
éstos, tuvo en 2006 un ingreso diario por persona de 180 pesos, esto es, con el
tipo de cambio vigente en aquel momento, casi 20 dólares diarios. Se entiende
que los cinco deciles siguientes tuvieron más ingreso (es un cálculo sencillo para
transformar los datos de ingreso de la encuesta en cifras equivalentes a los cri-
terios de la revista). En el apartado sobre el gasto, a partir del sexto decil, los
mexicanos dedicamos el 30 por ciento o más del ingreso a gastos discrecionales,
como bienes de consumo, automóviles…, pero también a mejorar la salud o la
educación. Este decil, y quizás el quinto y el cuarto también, corresponden a lo
que
The Economist
y nosotros podríamos llamar clase media en desarrollo, que
hoy, de acuerdo con el economista hindú Surjit B
HALLA
, ya representa el 57 por
ciento de la población mundial.
Para terminar esta reF exión, conviene tener presentes dos conclusiones:
1) Un poco menos de las dos terceras partes de la sociedad mexicana ya per-
tenecen a esa clase media —antigua o en desarrollo—.
2) En la
ENIGH
, sólo el 1 por ciento de los mexicanos se autodescribió como
rico; el 4 por ciento, como perteneciente a la clase media alta; el 44 por
ciento a la clase media, y el 34 por ciento a la clase media baja.
Como se ve, nadie realmente se asumió como pobre, de cuanto sale a relucir que,
aspiracionalmente, todos o casi todos los mexicanos se entienden a sí mismos
como pertenecientes a la clase —o clases— media. Un dato por demás interesante
si se piensa en la resonancia que podría tener un grupo cohesionado bajo esta
denominación.
3. Los estudiantes universitarios y sus preferencias electorales
(el caso de la
BUAP
)
En el proceso electoral 2012 para elegir presidente de la República, diputados
federales y senadores, se realizó una encuesta por la Escuela de Sociología y
Ciencias Políticas de la ±acultad de Derecho y Ciencias Sociales (
±DCS
) de la Bene-
mérita Universidad Autónoma de Puebla (
BUAP
).
9
Además de conocer el per² l del
8
Idem
.
9
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
Encuesta 2012 sobre cultura política en los estudiantes universitarios de
la
BUAP
,
FD
y
CS
-
BUAP
, Puebla, publicada en el periódico
La Jornada de Oriente
, mayo de 2012.
211
ESTADO ANÓMICO Y PROTESTA JUVENIL EN LAS ELECCIONES DE 2012
elector universitario, sus tendencias electorales, etcétera, se buscaba aproximarse
a su cultura política. Para este ensayo también se tomó en cuenta la encuesta
realizada por alumnos de la Escuela de Ciencias de la Comunicación (
CICOM
) de la
BUAP
.
10
Cada proyecto encuestó, por separado, a 700 y 500 alumnos, respectiva-
mente, de diferentes facultades. La
BUAP
tiene una población estudiantil cercana
a los 60 mil individuos.
De ambos trabajos es importante resaltar los siguientes datos: aproximada-
mente el 54 por ciento manifestaba abiertamente una intención de voto, mien-
tras que el 34.4 por ciento se mantenía en duda. La preferencia política que los
estudiantes favorecieron fue la de la izquierda: en ambas encuestas, el 53 (
FD
y
CS
)
y el 57 por ciento (
CICOM
) de las preferencias electorales bene± ciaban a Andrés
Manuel López Obrador. El resto de las preferencias se dividían entre Enrique
Peña Nieto, Jose± na Vázquez Mota y Gabriel Quadri.
La condición del género no modi± có las tendencias electorales. Empero, hay
otros criterios que vale la pena resaltar. En la encuesta de la Escuela de Ciencias
de la Comunicación se encontró que aproximadamente el 30 por ciento de los
universitarios trabaja, y ello condiciona también su preferencia política: votan
en función de quien represente condiciones laborales más favorables para ellos,
así como mejora económica. En la encuesta de la Facultad de Derecho se denota
una tímida secularización del pensamiento político de los jóvenes (30 por ciento
aproximadamente) y una clara orientación ideológica de centro izquierda.
Los universitarios son un clivaje en la estructura social de México por su
pertenencia a la clase media. Los resultados nos muestran los valores de un
grupo que es progresista, moderno y que considera la igualdad social como una
condición
sine qua non
de la consolidación política del país.
En 2006 la clase media se mantuvo al margen del apoyo a la izquierda; de
hecho, su voto bene± ció al
PAN
, lo que permitió que las elecciones no se anularan
y el régimen derechista se mantuviera en la dirección de la transición política.
Para 2012 las circunstancias fueron distintas. Los doce años de presidencia
panista condujeron al país hacia el Estado fallido. Sus resultados en políticas de
seguridad y bienestar social han sido un fracaso y ello motivó que las preferen-
cias políticas de la frívola clase media ahora se condujeran a la izquierda.
Las elecciones presidenciales de 2012 mostraron otra división del país que
también a² oró en 2006. Roger B
ARTRA
11
a± rmaba que las elecciones representa-
ban una polarización de los clivajes sociales que se mani± estan en la estructura
social del país. La transición fallida puso en un dilema a la sociedad mexicana. O
10
Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Encuesta 2012. El voto y los jóvenes
,
FCCOM
-
BUAP
, Puebla, publicada en el
Periódico de la
FCCOM
,
El Ahuizotito
, vol. 1, No. 24, 10 de mayo de 2012.
11
B
ARTRA
, R.
La fractura mexicana
, Debate, México, 2009.
212
XÓCHITL PATRICIA CAMPOS LÓPEZ / DIEGO MARTÍN VELÁZQUEZ CABALLERO
se brindaba la oportunidad a la izquierda mexicana o se retornaba al viejo régi-
men. Se elegía la modernidad o la tradición. Estas opciones estuvieron represen-
tadas por el electorado mexicano en su mayoría. Las clases populares eligieron
el retorno del
PRI
, mientras la clase media impulsó a la izquierda. A este sector
pertenecen los jóvenes universitarios.
Estos conf ictos sociales se han maniFestado en Forma radical durante varios
periodos de la historia mexicana. Pueden ser vistos como una lucha de clases,
12
una argentinización,
13
o bien como el producto de un multiculturalismo que no
termina de resolverse.
14
Lo cierto es que la clase media, y particularmente los
jóvenes universitarios, han sido más demócratas y modernizadores en la lucha
por la historicidad.
15
Se denomina así a la lucha por el papel en las relaciones
sociales de producción, políticas y culturales, al trabajo de autoproducción de
la sociedad, a la capacidad de intervenir en su propio Funcionamiento, de pro-
ducir sus orientaciones normativas, de desarrollo de la intersubjetividad y de
construir sus prácticas en un momento determinado de su historia.
4. Internet como instrumento de liberación
La tecnología representó en esta elección un instrumento de libertad. Su im-
portancia para la creación de redes sociales resulta pertinente en el esFuerzo por
cohesionar a los jóvenes universitarios que tienen acceso a dicho medio y que
lo utilizan de manera asidua, ya para el trabajo o el ocio, lo cual implica, en
primera instancia, que es un grupo que sabe, en eFecto, operarlo. La creación del
movimiento “#YoSoy132” se planteó como un producto netamente universitario.
Sorprendentemente no Fue en las universidades públicas sino privadas donde
surgió. Pero, sobre todo, su nacimiento Fue en las redes sociales de internet.
Sostiene César C
ANSINO
:
16
la democracia se hace en Twitter.
Como se ha dicho, los jóvenes universitarios son un grupo ilustrado que
puede entender el contenido de la política, que comprende textos, que sabe
manejar una computadora. Su posición y estatus social les brinda la posibilidad
de incidir políticamente mediante una acción de bajo costo: inscribirse en el
grupo o red social.
12
G
ILLY
, A.
La revolución interrumpida
, Era, México, 1974.
13
C
AMACHO
S
OLÍS
, M. “Los nudos históricos del sistema político mexicano”, en
Foro Internacional
, México, vol. 17, No.
4, octubre-diciembre de 1977.
14
G
ARCÍA
C
ANCLINI
, N.
Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad
, Grijalbo, México, 1994.
15
T
OURAINE
, A.
¿Podremos vivir juntos?
,
FCE
, México, 2000.
16
C
ANSINO
, C. “Comentocracia
vs.
tuitercracia”,
op. cit
.
213
ESTADO ANÓMICO Y PROTESTA JUVENIL EN LAS ELECCIONES DE 2012
5. A manera de conclusión
Los jóvenes universitarios y la internet signif caron la aparición de la cultura y
cibernética en la política mexicana. La internet generó la Formación de un grupo
representativo de los intereses de la clase media que, gracias a su capital social,
tomó la delantera en la def nición de la agenda pública. Su objetivo Fue el des-
pegue de la clase media Frente a la imposición y componenda de la partidocracia
y los poderes Fácticos.
El resultado de las elecciones nos muestra que las demandas modernizadoras
y progresistas de la clase media serán coartadas triste y apriorísticamente, como
siempre, por las empresas privadas avasalladoras del mercado y por los sindicatos
públicos; es decir, por los monopolios estatales y particulares, que los compro-
meterán de antemano a salvaguardar sus intereses.
Esta conFabulación inicial representará, una vez más, la ruina de la clase
media mexicana. Los oprobiosos tratos impedirán otra vez, ¡vaya tragedia!, la
creación de las condiciones sociales mínimas indispensables en que nuestra es-
tructura social podría oFrecer a nuestra clase media una verdadera oportunidad
para crecer económicamente.
Los jóvenes universitarios, como puede verse en los resultados de las encues-
tas, como puede comprobarse en la historia, como lo señalan los estudios de
política comparada, tienen una nostalgia del Futuro, un anhelo de modernidad.
Su organización en movimientos sociales muestra su alistamiento para subsanar
la disFunción primigenia de la estructura social imperante en México mediante la
creación de un grupo que pugne por una sociedad antimonopólica, que desar-
ticule los consorcios privados y estatales mediante las, así llamadas, particiones,
liberando con ello verdaderamente la economía en el ámbito privado, ampliando
así las alternativas para una clase media que reivindica su derecho a la movilidad
social, en vez de resignarse a ser esclava de esos contubernios.
La perspectiva de los jóvenes universitarios tomará la delantera, si no en el
gobierno, en el ámbito académico y de la opinión pública libre. Los universita-
rios encarnan f dedignamente las legítimas aspiraciones de un gran sector social
capaz de instrumentar los cambios que reclama con presteza la consolidación
democrática; esto es, una democracia creadora de las condiciones necesarias
para el despegue de la clase media, no de cuanto imponga, como siempre, dicha
componenda entre la partidocracia y los poderes Fácticos, entre el corporativismo
y el clientelismo.
±rente al Futuro, México tiene una lista de pendientes a realizar. Uno de ellos
—sin duda el mayor— es el establecimiento de un Estado de derecho y respeto a
214
XÓCHITL PATRICIA CAMPOS LÓPEZ / DIEGO MARTÍN VELÁZQUEZ CABALLERO
la ley, destinado a combatir la inseguridad, la impunidad, la corrupción, el narco-
tráf co y las conductas ilegales. Otro es la larga lista de medidas modernizadoras
en los terrenos económicos: pensiones y salud, laboral, energética, f scal, educa-
tiva, f nanciera, minorías, telecomunicaciones y registro de propiedad. A lo que
hay que añadir la llamada reForma de Estado, cuyo objetivo es el de establecer
reglas internas de gobierno que Faciliten su operación y que en la práctica no
ha servido de manera eFectiva, puesto que los gobiernos estatales y municipales
tienen su propia estructura operativa, la cual tiene que adaptarse a las exigencias
Federales, y en muchos de los casos hay incompatibilidad, haciendo más gravoso
el trámite por parte del ciudadano.
Sólo la clase media y los jóvenes universitarios son conscientes del retroceso
de la democracia en México. Def nitivamente estamos regresando al pasado, al
inicio del siglo
XX
, y por ello los jóvenes universitarios manif estan la nostalgia
por el Futuro. La deuda con ellos debe pagarse antes de que opten por abando-
nar el país.