291
C
RÓNICA
DE
P
UEBLA
El voto nulo tiene diferentes dinámicas cuando se considera al ámbito nacional y a las en-
tidades federativas; en Puebla, el voto nulo volvió después de 2009 para mostrarnos que no
fue una situación pasajera y que bien haríamos en entenderlo. Así, es necesario saber por
dónde acercarse al estudio del fenómeno, considerando las diF
cultades teóricas y empíricas
implícitas.
* * *
The null vote has different dynamics when considering the national and the states, in Puebla,
the null vote again after 2009 to show that it was a temporary situation and that we would
do well to understand it. Thus, it is necessary to know where to approach the study of the
phenomenon, considering the theoretical and empirical difF
culties that are implied.
* * *
*
Doctorante en Ciencias políticas y sociales con orien-
tación en sociología,
UNAM
.
(
jlmtablero@comunidad.unam.mx
).
Voto nulo y elecciones
en Puebla
The null vote and elections
in Puebla
José Luis Mendoza Tablero*
1. Introducción
L
as elecciones en América Latina y
en México han tenido una relativa
consolidación, pareciera que no se duda
de las bondades de la democracia, sin
embargo, los partidos políticos siguen
sin ser apreciados por la población (
La-
tinobarómetro
, 2009: 3-5); así, buena
parte del electorado se abstiene y, para
efectos del presente artículo, se consi-
dera que el voto nulo también da cuen-
ta de la complejidad de esa situación.
Esta expresión no ha tenido el inte-
rés de teóricos europeos ni estadouni-
denses, pareciera que esto se justiF ca
por la poca relevancia que tiene en esos
lugares; por otro lado, para América La-
tina la atención se ha centrado en los
procesos de consolidación democrática,
la “ola rosa” de la izquierda o el diseño
institucional; en el caso más cercano la
abstención pudiera ser motivo de traba-
jos importantes.
La explicación de lo anterior hay
que buscarla en que el voto nulo pu-
diera estar vinculado con un cambio
en la diF cultad de votar para mejorar
la participación,
1
como fue el caso de
Brasil (Power & Roberts, 1995); pero en
todo caso se ha considerando, por los
especialistas y por la ley, básicamente
un error de una minoría, no es sino
hasta 2009 que en México toma otra
dimensión.
1
Entiéndase mejor relación elector-representante, no
simplicidad para votar; lo cual lleva a formas más com-
plejas de voto como: listas cerradas no bloqueadas, listas
abiertas, voto preferente, etcétera (véase N
OHLEN
, 2004,
cap.
VII
).
REVISTA DEL INSTITUTO DE CIENCIAS
JURÍDICAS DE PUEBLA, AÑO IV, NO. 26
JULIO-DICIEMBRE DE 2010, PP. 291-298
IUS
292
JOSÉ LUIS MENDOZA TABLERO
El voto nulo en México ha sido tra-
tado desde dos extremos: los resultados
electorales y especulación;
2
se entien-
de que es difícil de ser tratado empíri-
camente, son relativamente pocos los
anulistas como para hablar con ellos, y
por otro lado no se puede considerar
una conducta agregada de acuerdo a las
cifras electorales.
2. El voto nulo en Puebla,
2009 y 2010
Puebla se caracterizó por ser uno de los
estados con mayor voto nulo en 2009,
con el 7.3%, pero si consideramos sola-
mente ciudades, la capital poblana fue
la segunda ciudad con mayor cantidad
de voto nulo en las elecciones federales
de ese año, con 11.9 %, sólo detrás de
Morelia, 12.3%, y por arriba del Distrito
Federal, con el 11 % (Alonso, 2010:29).
Hay que preguntarse por qué fue
así, y sobre todo las implicaciones que
tiene esto, la preocupación principal de
este texto es que los anulistas están ahí,
nos dicen que van a elecciones, que por
alguna razón no quieren votar por un
partido en especial (pero van a la urna),
se dice mucho de ellos y poco tenemos
de concreto.
En las elecciones de 2009, en ge-
neral, y Puebla no fue la excepción, se
observó que una parte de la ciudadanía
consideró que tenía que escoger para
votar entre: lo malo, lo perverso y lo
peor.
2
Desde la más elaborada por articulistas y académicos
a la del presentador de medios de comunicación.
Apareció entonces una campaña
bastante rara para votar nulo, rara por-
que el mensaje venía de muchas direc-
ciones, varias de ellas contradictorias
entre sí, nadie dudaba del interés de las
televisoras, pero ver a partidistas disfra-
zados, reubicados, desechados; además
de articulistas, académicos, organiza-
ciones ciudadanas, etcétera, por lo me-
nos era confuso.
El resultado en Puebla fue una vo-
tación nula considerable, si tenemos
encuentra que el promedio nacional
fue de un poco más del 5%, el grupo
que más llamó al voto en ese sentido
fue el de Gabriel Hinojosa Rivero, quien
repartió publicidad, hizo reuniones,
mandó correos electrónicos, etcétera;
algunos consideraron que trataba de
lograr que el voto de castigo no se diera
al
PAN
sino que en todo caso se repar-
tiera en el voto nulo como una expre-
sión mucho más difusa del descontento
social y no centrada en el partido en el
gobierno.
Así, este personaje al frente del grupo
Gobierno de Segunda Generación (
G
2
G
)
hizo una campaña interesante que por
lo visto rindió frutos, aunque hay que
mirar esto dentro de un marco nacional,
con condiciones favorables para ello y a
los propios poblanos tan proclives a la
alternancia en la capital (y en muchos
otro municipios) en una tendencia que
se mostró mejor en 2010.
Al tener Puebla elecciones en 2010,
algunos nos preguntamos qué pasaría
con el voto nulo, puesto que se trata-
ba de una elección especial (y lo fue),
esto porque se trataba de una posibili-
dad para la alternancia en el Ejecutivo,
293
CRÓNICA DE PUEBLA
todo estaba en contra para el voto nulo,
puesto que existe un comportamiento
regular en el sentido de que disminuye
en elecciones ejecutivas y sobre todo
cuando son cerradas.
Por cierto que hubo una campaña
también en favor del voto nulo, pero un
tanto extraña, puesto que no se trataba
del
G
2
G
, que ahora hasta tenía candida-
tos, simplemente aparecían calcomanías
pegadas en la vía pública y unos repar-
tidores tenían a su cargo publicidad de
este tipo en varios cruceros de la ciudad.
Se hicieron algunas investigaciones
y parecía que se trataba de una estra-
tegia de uno de los contendientes pun-
teros para lograr que el grupo de in-
decisos se inclinara por anular en lugar
de votar por el otro candidato, parecía
tener sentido esto, puesto que se tenía
el antecedente del año pasado.
Al F nal, el voto nulo de ninguna
manera tuvo los niveles de 2009, pero
logró su máxima estatal: 3.8% para go-
bernador, 4.7% para diputados, y con
igual cifra para municipios incluyendo
Puebla;
3
esto es curioso porque mientras
que en el ámbito nacional el voto nulo
muestra un comportamiento cíclico:
mayor en elecciones intermedias y me-
nor en presidenciales, en el caso estatal
de Puebla la tendencia no ha logrado
un punto de in± exión descendiente: en
cada elección aumenta sin importar de
qué tipo de elección se trate.
Lo anterior, a manera de hipótesis,
signiF ca que el sistema político estatal
3
Los resultados son of
ciales y se pueden encontrar en
los concentrados f
nales de las respectivas elecciones,
disponibles en
www.ieepuebla.org.mx
.
y nacional tiene dinámicas diferentes, lo
cual podría ser acompañado inicialmen-
te por el hecho de comparar la forma
de interacción de poderes: Legislativo,
Ejecutivo
4
y Judicial; todavía nos po-
dríamos seguir con los medios de co-
municación y los grupos de interés.
Hubo ciudadanos que se dieron la
oportunidad para votar por la alternan-
cia, pero los anulistas siguieron crecien-
do en el ámbito local; habrá que hacer
notar que en Puebla las boletas apa-
recieron con las coaliciones en un solo
espacio, lo cual redujo la posibilidad de
error para votar nulo.
Todo esto sirve para muchas espe-
culaciones, sin embargo, necesitamos
elementos teóricos y empíricos para en-
tender este hecho social.
3. En búsqueda de un marco
teórico para el voto nulo
El problema metodológico, que tan elu-
sivo pareciera ser, tiene un paso previo
que es la deF nición de un marco teórico
adecuado. De esta manera no se obvia
la diF cultad metodológica, sino que se
dimensiona para ir a contrapunto con la
parte teórica.
El punto clave está en encontrar un
marco teórico adecuado a esta expresión
social, teniendo en cuenta los alcances
del nivel micro y macro, así como las
posibilidades del análisis multinivel que
parecieran estar dando mejores resulta-
dos (Andauiza, 2004:74-77).
4
Existe un trabajo que estudia las dinámicas tan di-
Ferentes que se dan en el Ejecutivo, si se considera al
ámbito Federal y estatal (B
RAVO
A
HUJA
, 2010).
294
JOSÉ LUIS MENDOZA TABLERO
Los estudios electorales generalmen-
te se hacen a partir de resultados de co-
micios, los sondeos se hacen sobre todo
para estudios de opinión, en donde lo
que se busca es un dato que se pueda
estratif car y sacar conclusiones de corto
plazo; así, la apuesta estará en el ámbito
de la sociología política por considerar
que se trata de una veta prácticamen-
te no utilizada, aun cuando pudiera ser
clave para entender el Fenómeno.
El presupuesto es que este enFoque
permitirá ir entre las ciFras agregadas y
los sondeos, pero buscando el análisis
contextual.
4. El enfoque del capital
social
Dentro de la sociología política presento
la propuesta del capital social y su vin-
culación al sistema político.
Esta posición teórica ha sido utili-
zada desde la sociología para explorar
las causas del desempeño de las demo-
cracias y las instituciones;
5
el concepto
de capital social se ha venido populari-
zando, con lo cual se tiene el problema
de tener un manejo más laxo, y por lo
tanto es necesario puntualizar la orien-
tación a utilizar.
Por principio de cuentas se hace re-
Ferencia a los tres autores que más han
in± uido en la construcción del concep-
5
Existe otra vertiente importante que tiene que ver con
el desempeño económico, el trabajo clásico es el de P
UT
-
NAM
, en donde explica las diferencias socioeconómicas
entre el norte y sur de Italia (P
UTNAM
, L
EONARDI
, N
ANETTI
y
P
AVONCELLO
, 1983); en el caso de México existen los traba-
jos de Enrique C
ABRERO
, pero esta rama del capital social
no la ocuparé en este trabajo.
to: Pierre B
OURDIEU
, Robert P
UTNAM
y Ja-
mes C
OLEMAN
.
De manera mínima se puede def -
nir al capital social como la capacidad
de acción colectiva que construyen las
personas sobre la base de la conf anza
social, normas de reciprocidad y com-
promiso cívico. El capital social se ha
estudiado como variable independiente,
de manera reciente se han hecho traba-
jos utilizándola como variable depen-
diente.
En al caso de P
UTNAM
se ha conver-
tido en una tesis constante al decir que
desciende la conf anza en el gobierno
como consecuencia de la reducción de
capital social (Putnam, 1995; Putnam
et al.
, 1983).
Llegados a este punto es innegable
reconocer la gran cantidad de críticas
que ha recibido el uso del concep-
to de capital social, que van desde no
especif car el papel de la conf anza, el
contexto social y los mecanismos de in-
termediación entre el capital social y el
sistema político;
6
por otro lado, se tiene
una visión optimista del capital social y
no queda claro en qué condiciones es
causa y en que otras es eFecto en rela-
ción con las instituciones sociales.
Desde muchos puntos de vista se ha
tratado de responder sobre si el capi-
tal social contribuye a la consolidación
democrática en América Latina; la ma-
yor parte de los estudios se han hecho
en países desarrollados y en Europa del
6
En el ámbito de desempeño económico la más fuerte
es considerar que el capital social no es la causa, sino la
capacidad de crear redes de innovación, de otra manera
sería incomprensible cómo es que comunidades pobres
tienen un gran capital social.
295
CRÓNICA DE PUEBLA
Este, para esta región se ha privilegiado
el nivel macropolítico de los movimien-
tos sociales, poco se ha trabajado con
el micro (Booth, 2008: 19); así, explo-
rar cómo el capital social en este nivel
puede inf uir en las actitudes democrá-
ticas de México es algo que tiene una
importancia académica.
5. Correas de transmisión
Para vincular al capital social con el sis-
tema político es necesario utilizar un
modelo enFocado a ello, es conveniente
el desarrollado por John B
OOTH
, el cual
considera que en el espacio entre el ca-
pital social y el sistema político existe
una serie de mecanismos de vinculación
y orientación, a los que denomina
co-
rreas de transmisión
(
CT
), de± niéndolas
como las actitudes y conductas de los
ciudadanos que inf uyen o constriñen
el sistema político (2008: 24).
Las
CT
aFectan al sistema político
cuando inf uyen en el cumplimiento
ciudadano de la ley, la cooperación con
el gobierno y la participación política
dentro o Fuera de los canales o± cial-
mente permitidos. Así, el que una per-
sona Forme parte de una organización
(capital social) la puede llevar a con-
tactar a un Funcionario público para
hacerle una petición (
CT
) o votar por
un candidato que prometa algo que se
considere importante en esa organiza-
ción (Booth, 2008: 25).
El autor mencionado considera sie-
te variables: voto, activismo partidista,
contactar servidores públicos y protes-
tas (subgrupo de participación política);
apoyo a la democracia, apoyo a las ins-
tituciones políticas y apoyo a tácticas
políticas de conFrontación (subgrupo
de orientación) (Booth, 2008: 69). Esto
hace que la perspectiva del capital social
se maneje en el ámbito individual.
En el caso del capital social, éste se
mide por cuatro elementos: pertenencia
a organizaciones civiles, participación
comunitaria,
7
con± anza interpersonal y
satisFacción de vida.
El avance de B
OOTH
es signi± cativo,
pues permite a través de estudios empí-
ricos abordar al capital social Frente al
sistema político, concretamente desde
la participación política.
6. Vinculación entre capital
social y voto nulo
Aunque el capital social ha tenido una
serie de críticas que tienen que ver con
el manejo conceptual y empírico de sus
investigaciones, el acercamiento teórico
al sistema político parece salvado en el
nivel que se requiere.
El voto nulo requiere en la actua-
lidad del reconocimiento de variables
importantes a encontrar en actitudes
especí± cas, por otro lado, pareciera que
con este enFoque se podría indagar la
relación entre voto nulo y capital so-
cial, lo cual abonaría en el mejor en-
tendimiento de éste, y continuaría los
estudios empíricos del segundo, po-
niendo a prueba estudios ya realizados
en el ámbito de la participación política
7
En la traducción más literal podría ser red comunal.
296
JOSÉ LUIS MENDOZA TABLERO
(Arriagada, 2003; Baquero, 2007; Go-
vea, 2004).
Dentro de las conclusiones más im-
portantes del texto comentado de B
OO
-
TH
para México es que hay un apoyo
importante a las instituciones políticas
nacionales, se favorecen políticas de
confrontación, aún son signiF cativa-
mente menos los que están dispuestos
a participar en ellas; concretamente en
el ámbito de capital social dice que la
conF anza interpersonal no tiene rela-
ción con la participación política (pero
da conF anza en las instituciones guber-
namentales), aunque la participación en
redes comunales u organizaciones civi-
les sí.
AF nando un tanto las conclusiones,
tenemos que la conF anza interpersonal
está relacionada con valores democráti-
cos, aunque paradójicamente también
las políticas de confrontación, lo cual
es una característica especial de Méxi-
co. También el activismo comunal no
está vinculado a valores democráticos
y sí, por el contrario, a desconF anza de
las instituciones gubernamentales, por
otro lado, participar en organizaciones
civiles está ligado a mayores valores de-
mocráticos y apoyo a las instituciones.
Así, es por demás interesante saber
si el que anula es alguien que tiene un
contexto de capital social, porque eso
podría ayudar a entender hasta dónde
puede llegar esta expresión; esto es, si
se trata de población que tiene una se-
rie de inquietudes y acciones concretas
que haga pensar que puede ir más allá
de sólo anular, o si bien sólo se trata
en general de personas desarticuladas,
poco interesadas y sin mayor intención
de trascender del voto nulo.
7. De lo teórico a lo empírico
Sin duda alguna el manejo de los resul-
tados electorales y locales son una bue-
na fuente de conjeturas y así ha sido,
lo mismo puede considerarse respecto a
bases de datos como los de la Encuesta
Nacional de Cultura Política y Prácticas
Ciudadanas de la Secretaría de Gober-
nación, pero eso es en el nivel macro, y
ahora necesitamos un acercamiento al
nivel micro.
Es necesario plantear una forma en
la que el capital social nos dé informa-
ción sobre el voto nulo; esto parte de
una pregunta básica: ¿qué atributos
tiene el anulista?, para de ahí seguir
con: ¿en qué grado están correlaciona-
dos el anulista con el capital social?
Lo anterior cobra relevancia porque
se requiere un perF l mínimo del anulista
para de ahí pensar en las consecuen-
cias del voto nulo desde la perspecti-
va del capital social. Para esto se tiene
una hipótesis general que indica que el
anulista no tiene un solo perF l, lo cual
fue el error de los análisis que se han
desarrollado; así, se considera que por
lo menos existe una matriz como la si-
guiente:
Elección / región
Rural
Urbano
Local
Elección
De ahí se sigue que las elecciones
locales tienen componentes diferentes
297
CRÓNICA DE PUEBLA
a las nacionales; en las primeras se está
ante temas locales y sus candidatos
que vienen a tomar fuerza sobre todo
con la posibilidad de alternancia; en las
elecciones federales los temas son de
ese nivel, por supuesto esto varia si las
elecciones son concurrentes, pero aun
así se establecen incongruencias (Bravo
Ahuja, 2010: 50-52).
La distinción rural y urbano tiene
que ver más, en el primer caso, con el
“arrastre” del candidato a presidente
municipal, los incidentes regionales y
las lealtades partidistas; en el segundo
caso la visión es más general puesto que
no se tiene una relación importante con
las dependencias de gobierno como en
el caso rural, se trata más bien de temas
generales como desempleo y seguridad
pública.
Al hacer el cruce de las dos dimen-
siones nos da un tipo de votante, que
tiene sus particularidades al anular.
Parecería adecuado entonces ha-
cer un trabajo empírico en dos zonas:
una urbana y rural; a efecto de hacer
más eF ciente la delimitación se consi-
dera adecuado utilizar como unidad de
análisis la sección electoral, esto porque
permite comparar elecciones federales
y estatales al ser las mismas demarca-
ciones, por otro lado, con base en este
criterio se emiten los resultados electo-
rales, si bien es cierto hay un nivel más
detallado como lo es la casilla, éstas se
encuentran divididas por orden alfa-
bético, por lo cual sólo tienen interés
para el presente estudio en la medida
en que permiten apreciar la concentra-
ción poblacional y sólo en el caso de las
extraordinarias sí tienen relevancia, por-
que se trata de una localidad diferente a
la considerada en la casilla básica.
Las zonas requieren de uniformidad
importante en cuanto a nivel socioeco-
nómico, actividades productivas, clima
y vías de comunicación; de la misma
manera deben tener básicamente una
sección o grupo de ellas que anularan
de manera importante sobre el prome-
dio, y junto otra área que anule por el
contrario de manera marcada por deba-
jo del promedio.
La práctica consistiría en realizar
estudios exploratorios mediante entre-
vistas semiestructuradas a personas con
relevancia social en la localidad, para de
ahí modiF car y aplicar un cuestionario.
8. Comentarios f
nales
El estudio planteado permitiría tener
un perF l inicial del anulista en función
de atributos simples: posición socieco-
nómica, nivel educativo, género, edad,
etcétera, para de ahí pasar a entender si
existe alguna relación entre el que anula
y el capital social en alguna vertiente:
conF anza y reciprocidad social, o bien
respecto de las
CT
, en alguna de sus dos
dimensiones: orientación y prácticas.
Esto nos daría un poco de luz sobre
lo que se puede esperar de los anulistas,
para simpliF carlo son una avanzada del
electorado o representan una curiosidad
ciudadana sin trascendencia.
±inalmente esto debería llevarnos
a evaluar si tiene sentido replantear al
voto nulo en términos jurídicos y políti-
cos, esto es, no se trata de un error y es
298
JOSÉ LUIS MENDOZA TABLERO
una forma válida de expresión electoral
que merece ser contabilizada con efec-
tos precisos.
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